martes, 5 de marzo de 2013

Diógenes enciende el farol, ¿salimos del túnel?

Leía hace unos días algo sobre la vida de Diógenes, el cínico:
Considerando su peculiar forma de vida, es imposible evitar hacerse una serie de preguntas. ¿Por qué vivía en un tonel? ¿Por qué rehusaba cualquier tipo de comodidad, hasta el punto de vestir sólo una túnica o de lamer el agua de los charcos, como hacen los perros? ¿Y qué quería decir con su busco un hombre, su respuesta a todo aquel que le preguntaba por su caminar a plena luz del día por las calles de Atenas llevando un farol encendido en la mano

Diógenes (TICpollo) enciende el farol para atisbar el final
de túnel.
Diógenes fue el primero de una nutrida pléyade de filósofos que entendieron la sabiduría como el rechazo de la vida ordinaria. Provistos de una túnica y una escudilla, orgullosos de su pobreza, vagaban mendigando por las ciudades de Grecia predicando el ascetismo, el retorno a la vida natural, el abandono de toda actividad intelectual y el desprecio a las comodidades. Los atenienses consideraron que tamaña excentricidad, rayana en la locura, era en cambio rica en amonestaciones, de modo que terminaron por apreciar a aquel filósofo que comía, dormía y realizaba sus necesidades corporales delante de todo el mundo y sin importarle el lugar.



Reflexión:

En nuestros días, Diógenes encendería el farol para encontrar el final de este túnel en que nos hallamos, pero de momento, sin perder la esperanza, solo se alcanza a distinguir las sombras de habitantes tenebrosos, intuitivos inquilinos de tan gran oscuridad.

Ilustración: 
Antonio Marín (c). Más imágenes originales en http://dibuloco.wordpress.com/ 

Reflexión: 
____________________

Alfredo Abad Domingo.
Twitter: @AlphesTIC,  https://twitter.com/AlphesTIC 
Facebook: https://www.facebook.com/alfabad 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comparte aquí tu comentario, seguro que será interesante para todos.