Robin, TICpollo, Hood |
Robin Hood se hubiera casado con la bella Mariana Gilewater, hija del barón de Arlongford, pero la ceremonia es interrumpida por una banda de soldados del Príncipe Juan que irrumpen en la capilla y declaran a Robin Hood "un hombre fuera de la ley".
Éste consigue huir con sus fieles amigos y compañeros y se refugia en el bosque de Sherwood, convirtiéndose así en el príncipe de los ladrones. Mariana, encerrada con su propio padre, se escapa y se reúne con su novio, seguida por su confesor, el Hermano Miguel, que cambiará de nombre después por el de "Pequeño Juan".
Mientras tanto, el príncipe Juan se enamora de Mariana, la busca desesperadamente y quema el castillo de su padre. Después de mil aventuras en el bosque, Robin Hood y sus amigos encuentran un caballero desconocido: el Rey Ricardo, que vuelve de la Tierra Santa. Devuelve sus títulos nobiliarios a Robin y a los demás perseguidos y puede, por fin, desposar a su amada.
¡Qué final de historia tan feliz! Lamentablemente, no todas las historias de servidumbres -incluidas las modernas, las actuales- acaban tan bien.
Robin se opuso con un servicio a los desheredados al sometimiento de quienes ejercían el poder con tiranía. No quiero justificar yo las acciones de Robin, pero trasladándolas a la actualidad ¿a que el contexto las hace de alguna manera comprensibles?
Ilustración:
Antonio Marín (c). Más imágenes originales en https://dibuloco.wordpress.com/
Reflexión:
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¡Muy bueno!
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