Con esta diáfana frase aventuraba Albert Einstein (1879-1955) su visión de un hipotético futuro bélico, tan expresiva que no requiere un comentario posterior.
Una visión de la guerra desde otro ángulo es aportado por Hermann Hesse (1677-1962), escritor y pintor suizo de origen alemán:
"Nadie pensaba en una guerra, se aumentaba el armamento sólo por si acaso, porque los ricos ven con agrado muros de hierro alrededor de su dinero".
Desde el punto de vista operativo, la indicación viene del escritor francés Anatole France (1844-1924):
"Las victorias de los pueblos siempre son debidas a la inteligencia de los generales y al valor de los soldados; y las derrotas a la fatalidad".
El pesimismo extremo en la capacidad de bien del hombre es expresado desde algunas filosofías por Thomas Hobbes (1588-1679):
"La fuerza y el engaño son, en la guerra, las dos virtudes cardinales".
Y ¿quien iba a decir que el mismo Goebbels afirmaría algo que ahora sabemos que es verdad?:
"En la guerra no existe la victoria, sino distintos grados de derrotas".
Aun así, sigo pensando que para evitar o destruir las guerras, también las tecnológicas, son útiles las cuatro virtudes cardinales, que siguen siendo cuatro, a saber: prudencia, justicia, fortaleza y templanza.
¿Alguien lo podría mejorar?
Ilustración:
Antonio Marín (c). Más imágenes originales en http://dibuloco.wordpress.com/
Reflexión:
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