lunes, 18 de febrero de 2013

Plan de contingencia: corre, que viene el meteorito


Pendientes. Todos estábamos pendientes del paso del asteroide  2012 DA14, que así es como se llama el pedrusco. Según National Geographic, se le calculaban una probabilidad de colisión con la Tierra del 0,031% y tendría unos 45 metros de diámetro, algo menos del ancho de un campo de fútbol. Su masa sería de unas 140.000 toneladas.
Un choque de estas características generaría una explosión de 2,4 megatones, es decir, que se liberaría una cantidad de energía equivalente a la explosión de 2,4 millones de toneladas de dinamita (TNT): ¡qué calor!
Para hacernos una idea aproximada, las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki estaban entre los 15 y los 20 kilotones, o sea unas 150 veces menos: ¡qué grandioso es el salvaje poder de la naturaleza!

Para hacernos una idea, debemos saber que el radio aproximado de la Tierra es de algo menos de 6.400 km. Los satélites artificiales geoestacionarios, esos que están siempre en el mismo sitio respecto de un observador terrestre, se encuentran situados a unos 36.000 km de altitud. Pero nuestro asteroide ha pasado a unos 27.000 km, es decir, que ha pasado entre los satélites geoestacionarios y la superficie de la Tierra y a una velocidad de 13 kilómetros por segundo: ¡Esta vez, realmente, se ha acercado bastante a nuestros cráneos!

Infografía sobre el asteroide 2012 DA14 (Fuente: Diario ABC, www.abc.es)

El asteroide de Rusia

Todos estábamos pendientes de este asteroide cuando nos sorprendió que otro, totalmente incontrolado, caía realmente en la atmósfera produciendo numerosos y variados desaguisados en Chelyabinsk (Rusia), cerca de los montes Urales.
Este cuerpo astral medía unos 15 metros en el momento en que hizo su espectacular entrada en la atmósfera y una masa de 7.000 toneladas, o sea, sensiblemente inferior al 2012 DA14.
Durante su descenso, el meteoro brilló más que el sol y se fue desprendiendo de unos centenares de kilotones de energía.

Otros asteroides caídos

En 1908 otro meteorito, que no dejó cráter, cayó en la taiga siberiana (Rusia), cerca del río Tunguska y arrasó una superficie de más de 2000 km cuadrados. La energía liberada se calculó en el equivalente a unas 300 veces la de la bomba nuclear de Hiroshima.

Se supone que el hipotético meteorito que hizo desaparecer entre otras especies a los dinosaurios hace 65 millones de años tenía un diámetro de 10 km.

El mayor impacto de que se tiene noticia se produjo hace 250 millones de años con un asteroide de 480 km de diámetro. Se encuentra en la Antártida a 2 km de profundidad bajo el hielo.

El daño producido por el meteorito de Rusia no ha sido producido por el impacto sobre la tierra de lo que quedaba de él. De hecho ha caído sobre un lago helado. El destrozo ha sido producido por la gigantesca onda de choque que ha generado al desacelerarse por contacto con la atmósfera: 30 segundos duró su descenso.

Un desastre para la actividad de tu compañía

Vamos a suponer que, efectivamente, en tus instalaciones empresariales no cae un meteorito, pero te pasa uno cerca. No hace falta que sea un objeto superdestructivo, basta con que sea uno como el último que ha caído. Ahora pregúntate: ¿Tienes tus datos a salvo? ¿Y, tus procesos?
Una buena parte de las empresas alojadas en el Word Trade Center no sobrevivieron a la catástrofe del 11-S. No ya por el impacto de los aviones que destruyeron las torres, sino porque no pudieron rehacerse tras la catástrofe por nos haber alojado copias de seguridad de los datos fuera de los edificios siniestrados.

Si fundamentas tu compañía en un conjunto de activos críticos que tienen como base la información o los procesos informatizados no puedes arriesgar. Tienes que aspirar a tener una una estructura informática distribuida o al menos deslocalizada. Basta con que pienses qué pasaría si en las instalaciones de tu empresa hubiera un corte de suministro eléctrico de un par de días.
Cloud Computing (la computación en la nube) te puede ayudar a construir este tipo de infraestructuras, aunque la nube no lo es todo. La serie de tres artículos, aquí en CuriositaTICs, sobre Cloud Computing te orientarán sobre cómo conseguirlo.

El 2012 DA14, volverá a la Tierra sucesivas veces, ya que tiene una órbita elíptica y no se descarta que en alguna de sus aproximaciones (por ejemplo, en 2020) llegue a impactar realmente o, al menos, roce la atmósfera con gran profusión de pirotecnia natural.

No es necesario esperar un cometa. Basta con pensar en un incendio, una inundación, un robo, un terremoto o cualquier catástrofe, aunque sea menor comparada con un choque astral.
Para entonces, ¿tendrás un eficaz plan de defensa ante desastres preparado para la supervivencia de tu organización? Es una gran misión del administrador de seguridad de toda compañía.

Por cierto: los cuerpos astrales de los que hablamos aquí se llaman asteroides (antiguamente planetoides) o cometas. Sólo cuando uno de estos cuerpos cae a tierra, se le acostumbra a llamar meteorito. 

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Alfredo Abad Domingo.
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1 comentario:

  1. Interesante lección de astrología y un buen punto de referencia y reflexión para tomar conciencia de la importancia que tiene la protección de los datos, aunque la más didáctica ha sido la referencia a la empresas del WTC en el fatídico 11-S. Gracias Alfredo :-)

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